jueves, 23 de abril de 2009

Crónica Nº 2 de 2009

Crónica 2009.04.05, Nº 2 de 2009

1. El aerostático ballet de los tiuques en la Playa Hermosa del Lago Llanquihue

Hace poco tuve el privilegio de observar un extraordinario, al menos para mí, ballet de tiuques, o chimangos caracaras, en el viento arremolinado de Playa Hermosa, Lago Llanquihue. Puede que para los lugareños de esas zonas ese espectáculo sea usual. Me maravilló la alegría de vivir y el regocijo de esas aves de talante grave y circunspecto, llamados pájaros impávidos e inspectores por Pablo Neruda. El nombre tiuque viene de chikwü que es la interpretación onomatopéyica mapuche de su grito, en mapudungun.

La Playa Hermosa, del Lago Llanquihue, a unos siete kilómetros de Puerto Varas, es un recinto con playa y árboles hermosos. Hay un camping ubicado bajo los árboles de la playa y otro más alejado de ésta. Se accede a ella desde la carretera 225 vía un camino vecinal, entre potreros con vacas y algunas aves y pájaros, pero no tiuques. El tiuque, Milvago Chimango, un ave rapaz de la familia Falconidae, habita en Chile desde Atacama a Tierra del Fuego, en tres subespecies. Es un ave, de 40 centímetros, de color café amarillento en las partes superiores, más claro en las inferiores y con manchas blanquecinas en las alas y la cola, que son largas y angostas, apropiadas para un vuelo remado recto y sin planeo. Es ave muy vista en campos, especialmente recién arados, potreros, caminos y postes de cercos. El tiuque de Atacama a Bío Bío, Milvago Chimango Chimango, es muy común y, por lo que recuerdo, había cientos o miles de ellos en, por ejemplo, las riberas del río Aconcagua, en Los Andes al menos. Hace unos años presencié en un atardecer en Chillán la migración de numerosísimos tiuques que volaban, en grupos de hasta tres, desde el oeste al este, probablemente de parajes de alimentación a otro de cónclave, quizás, que los atraía como imán, en la precordillera, ya que estas aves no suben hasta la cordillera. El tiuque Milvago Chimango Fuegiensis, que nunca he visto, habita de Magallanes a Tierra del Fuego.

Los tiuques de Playa Hermosa son unos siete, de la subespecie Milvago Chimango Temucoensis, y moran en los arrayanes, Luma Apiculata, Quetri o Temu, árboles de ramas encorvadas y follaje semiespeso. Nunca los he visto en los ulmos, Eucryphia Cardifolia, del lugar, pero sí se posan al alba y ocaso en techos y postes de alumbrado. Su grito es estridente y su vuelo autopropulsado es rectilíneo, a veces cansino. Pero un día en que el viento soplaba en torbellinos los siete tiuques se extasiaron danzando jubilosamente en un ballet aerostático, sin autopropulsión ni remado. Con sus alas desplegadas subían y bajaban, y se desplazaban lateralmente, sin esfuerzo propio, sólo dejándose llevar por los remolinos, torbellinos y vórtices del viento. En sus evoluciones se entrecruzaban entre sí pero nunca tocándose. Quizás es un espectáculo que uno ve una sola vez en su vida.

El ballet humano clásico es con impulso propio de los bailarines y es bidimensional, salvo por algunas piruetas en el aire. En ningún caso es aerostático. Lo mismo sucede con el ballet de, por ejemplo, flamencos, en el suelo. Las acrobacias aéreas de aviones no son aerostáticas sino con autopropulsión, y a veces hay choques o caídas. Las golondrinas chilenas, Tachycineta Meyeni, incluyendo las de Playa Hermosa, tienen su propio ballet, como todas sus congéneres en el mundo, Hirundo Rustica, mientras evolucionan en busca de insectos voladores. Pero esas evoluciones son forzosas, para alimentarse, y con aleteo autopropulsado continuo. No son de mero júbilo como las de los chimangos de Playa Hermosa.

2. El oropel de la Reunión G20-2009 de los países ricos y sus invitados de clase media

Mi interés técnico en economía y finanzas es en la aplicación de métodos matemáticos de la Automática, o Kibernetika de los rusos, a modelos que aproximen la realidad de esas disciplinas o actividades. IFAC, International Federation of Automatic Control, de la que Chile es miembro fundador, en 1960, tiene un Comité dedicado a esas materias. Pero, por otra parte, me interesan, obviamente, las economías y finanzas individuales, institucionales, municipales, nacionales y mundiales, particularmente en esta situación de crisis planetaria. Las que siguen son simples acotaciones, de auditor o lector ignorante, basadas en material, más o menos especializado, ampliamente disponible públicamente. No pretendo difundir pesimismo, ni echar moscas en la leche, sino compartir mis apreciaciones de la realidad, ojalá equivocadas, pero siempre basadas en lo publicado por algunos economistas eminentes. Hay, naturalmente, otros economistas destacados que opinan en forma diferente.

Por razones de conveniencia, y para no equivocarme con tantas cifras siderales de dineros, usaré los ingleses billion y trillion de, respectivamente, mil millones, 10^9, y un millón de millones, 10^12, donde ^ denota elevación a potencia. En esta Crónica el billion y el trillion, o billón en castellano, son en dólares estadounidenses. Algunos GDPs, Productos Domésticos Brutos, y PIBs, Productos Internos Brutos, de países son del orden de billions o trillions. El trillón castellano es un millón de billones, 10^18. La escalofriante deuda nacional de EE.UU. es de unos trillions. Por ahora parece excesivo el uso de trillones en esto, afortunadamente. Usaré el término Deuda Nacional o Pública sin entrar en detalles sobre él y me referiré al FMI, Fondo Monetario Internacional, sin considerar sus nexos con el Banco Mundial. Declaro que siento el mayor aprecio por todos los países que mencionaré y que están en grave situación económica y financiera, lo que es lamentable. Su situación es ampliamente conocida. Emplearé principalmente el vocablo Insolvencia no sólo correctamente en muchos casos sino también como un eufemismo para no usar Cesación de Pagos, Colapso o Bancarrota. La palabra Quiebra, usada con personas y empresas, es difícil de aplicar a algunos condados y estados de EE.UU. o a países europeos.

Hay y ha habido recién diversas reuniones de ciertos países para tratar la actual crisis, y otros asuntos. Han tenido críticos y apologistas pero no se han vislumbrado resultados concretos emanados de ellas, por lo que parece. He leído sobre algunas de ellas, o las he visto en televisión. Paso por alto, en destacados economistas, el dubitativo yo creo que, lo de pior, por peor, salvataje, por salvamento, securitización, por aseguramiento, y las infantiles comparaciones entre el desempeño de la economía y el de un equipo de fútbol. Pero me preocupa sí el que casi todos crean que la actual crisis es una Recesión, un trastorno de unos dos años, en circunstancia de que otros destacados economistas dicen que es una Depresión, de al menos un decenio. Se verá en 2010 quienes tienen razón, pero los ingenieros siempre pensamos en la situación de peor caso. Como consuelo, hasta ahora no ha habido que crear Ollas Comunes en Nueva York, Santiago y otras ciudades del mundo como ocurrió en la Gran Depresión de 1929-1939, y en la que hubo hasta 25 por ciento de desempleo. Pero ahí empezó la II Guerra Mundial, para peor suerte de la humanidad de entonces.

En todo caso, el primer acuerdo del G20, de incrementar en un trillion adicional los fondos del FMI, provocó jolgorio, euforia y exultación mundiales. Sin embargo, la situación real no se solucionará con eso, aunque sí se aliviará, según algunos economistas norteamericanos. Algunos han dicho que eso representa un punto de inflexión que indica que lo peor de la crisis ha pasado. Pero muchos han confundido ese punto de inflexión, meramente local, con el mínimo, también local. Como se sabe, un punto de inflexión, cuando una variable va en descenso, sólo indica que la velocidad, o derivada matemática, de caída ha cambiado de signo en su trayecto hacia el mínimo. La razón de que ese mínimo sea considerado meramente local, y no el minimorum, o mínimo absoluto, es que algunos economistas estadounidenses han advertido otras crisis sectoriales que vienen o están ocurriendo y que llevarían a otros mínimos peores. Uno de ellos anota varios agujeros negros económicos y financieros que están surgiendo o surgirán en los EE.UU., y que repercutirían, naturalmente, en el resto del mundo.

Como simple ciudadano, lo primero que me sorprendió en la reciente Reunión G20, 2009, es que los países participantes, normales o invitados, no han resuelto siquiera sus propias crisis nacionales, y algunos no las podrán resolver ni en cinco años. ¿Cómo van a resolver la crisis mundial? La respuesta podría ser de que hay que tratar de al menos paliarla en algo, por ahora. El que hayan aprobado más fondos para FMI revela a primera vista bastante generosidad, pese a las críticas de algunas naciones, que aportan muy poco al FMI y quieren pedirle mucho. Los fondos del FMI provienen de cuotas de los países que voluntariamente han pedido su incorporación a él. Dichos aportes son proporcionales al tamaño de las economías de las naciones y, obviamente, los países del G20 contribuyen bastante. Al terminar la II Guerra Mundial, EE.UU., como impulsor de la creación del FMI, y otras entidades, era el principal contribuyente y con un gran porcentaje. En la actualidad aporta el 17 por ciento. Como comparación, Japón, China y Rusia contribuyen con el 6,1, el 3,7 y el 2,7 por ciento, respectivamente. La cuota porcentual de Chile es de 0,39 por ciento, similar a las de Singapur, Irlanda, República Checa o Grecia. Antes de la reunión G20, la Comunidad Europea, EE.UU., Japón, Noruega y Canadá acordaron contribuir con aportes adicionales. Canadá entregará 10 billions, suma que equivaldría al GDP de, por ejemplo, Albania o Armenia. EE.UU. aportará 100 billions, comparable, verbigracia, al GDP de Kazastán.

Una innovación que se iba, o se va, a hacer en esa Reunión G20 es la adopción de una moneda base que reemplace al dólar estadounidense. Sobre el ex patrón oro comenté algo en una Crónica de 2008.

3. La insolvencia o casi bancarrota de los estados de EE.UU. y de los países de Europa.

Por lo que recuerdo, hasta tal vez 1980, el chileno corriente tenía pocas maneras de endeudarse en forma irreversible. Podía tener una libreta de ahorros en la Caja Nacional de Ahorros y en ella ir depositando y retirando prudentemente. A veces le pedía prestado a algún pariente y le devolvía el monto puntualmente. Generalmente tenía crédito con el almacenero, el lechero, el tendero, el librero, u otros, quienes le anotaban en una libreta lo pedido. A fin de mes el deudor saldaba su deuda, abonaba algo o pedía más plazo, si había tenido algún percance. Había semaneros que pasaban por las casas ofreciendo mercaderías, por ejemplo ropas, a pagar en cuotas semanales o mensuales. También había Casas de Empeño en que se podía empeñar o pignorar algún bien mueble, por un monto de dinero muy inferior a su valor, hasta que se dispusiera nuevamente de fondos para rescatarlo.

Pero todo eso cambió con las cuentas corrientes bancarias a granel, y con líneas de sobregiro, tarjetas comerciales y otras posibilidades de crédito. Y los créditos automotores a 60 meses y los hipotecarios a 30 años. Y los hijos e hijas que no se conforman con juguetes de madera o muñecas de yeso sino que piden celulares sofisticados, notebooks de última generación, viajes al extranjero y lo que sea imaginable. El individuo medio accede a dichos créditos y empieza a pagar más de lo que gana. Hay personas que orgullosamente tienen muchas tarjetas comerciales. Recurren a unas para pagar las otras y cada vez se endeudan más. Se olvidaron los aforismos y consejos del pasado, chileno o estadounidense u otro: 1. No endeudarse en más del 20 por ciento del sueldo mensual; 2. No endeudarse, en deudas largas, en más de 4 sueldos; 3. No tratar de empezar a pagar deudas incurriendo en otras deudas. Había otros apotegmas.

Lamentablemente, los ciudadanos de muchos países no han adoptado esas simples reglas. Ni los bancos o instituciones crediticias se han preocupado de cautelarlas. Más lamentable aún es el que los gobiernos de muchos países no hayan seguido esos aforismos, como, por ejemplo, los de EE.UU .y de los países europeos, entre otros. Hace unos años, Japón tampoco las siguió y entró en una recesión, que superó con grandes esfuerzos. Pero ni ese ejemplo, ni el de la Gran Depresión 1929-1939 dejaron, parece, enseñanzas. Los déficits y deudas públicas de los países ricos son abismantes, y crecen anualmente, en algunos, por factores superiores a 2, por decir lo menos. Las deudas públicas de países de la Unión Europea, como Alemania, Francia, Italia y España, entre otros, superan el 50 por ciento de sus PIBs. Los primeros países en acercarse a la bancarrota son Letonia y Hungría, además de Islandia, antes. Pero ahora están República Checa, Bulgaria, Rumania, Grecia y, lo más sorprendente, Irlanda. Mejor no seguir por ahí. Otros países que se han mantenido solventes, como Suecia y Austria, también tienen problemas porque han prestado a empresas, de otras naciones, que no pueden pagar. La situación de EE.UU. es aún peor. Se sabe de los préstamos de salvamento hechos hasta ahora por ese gobierno a instituciones y bancos grandes, y ahora a empresas automovilísticas. Algunos opinan que esos planes no tendrán éxito porque estamos en una Depresión y no en una Recesión. No ven cómo serán recuperados esos dineros. Esa es historia añeja ya y ha sido muy comentada en muchos medios.

Me extendí mucho en esta Crónica y espero tratar en otras, quizás, los siguientes temas: la descomunal deuda pública estadounidense, de varios trillions; la insolvencia de bancos pequeños; la actual insolvencia de muchos estados de EE.UU.; la esperada bancarrota de las propiedades comerciales, como malls y supermercados, similar a la que ha pasado con las propiedades residenciales; y la gigantesca deuda, de unos trillions, en tarjetas de crédito y préstamos de consumo. También hay que sugerir al menos una manera kibernétika, que no le gustaría a nadie, de superar la Depresión, que ojalá sólo sea Recesión.

1 comentario:

Dr Luis Villarroel dijo...

Les agradecería contestar una pregunta
Los inversionistas del FMI son los gobiernos o son inversionistas privados. O dicho de otro modo:
Las ganancias del FMI son para las arcas públicas de los estados o para inversionistas privados
Si pudieran citar fuentes bibliográficas sería genial

Gracias