jueves, 24 de julio de 2008

Crónica Nº 10 de 2008

Crónica 2008.07.13, Nº 10 de 2008

Velocidad de pulso mayor que la de la luz en el vacío

El Lector FR me ha escrito sobre el experimento NEC, en la ciudad de Princeton, NJ, USA, en 2000, sobre propagación de un pulso a velocidad mayor que la de la luz en el vacío. Se envió un pulso de luz, partículas sin masa, a una cámara especial y, parecía que, el pulso salía de ésta antes de entrar a ella. Como no hay masa no se infringe la Teoría Especial de la Relatividad. Sin embargo, otros físicos han planteado dudas sobre dicho experimento. ¿Es el pulso que sale el mismo que entró? Hay que considerar las velocidades de fase y de grupo. En el caso de una partícula ellas coinciden. Pero en pulsos en que hay varias o muchas partículas ellas difieren. El caso usual con que se ilustran ambas velocidades es el de una oruga, o gusano, que se desplaza por el suelo. La oruga “ondula” a alta velocidad de fase pero su cuerpo se desplaza a poca velocidad de grupo. A continuación doy la explicación que se me pide, apoyándome en la Física vigente y lo descrito por los autores y autora de dicho experimento

Según la Teoría Especial de la Relatividad, en el universo conocido, la velocidad máxima para partículas subluminales con masa es la velocidad de la luz en el vacío, c, de, aproximadamente, 1 pie/nanoseg o 300 mil km/seg. Al parecer, nadie ha demostrado o reprobado dicho límite y es considerado válido. Ese límite es sí para el transporte de materia usual, energía usual y, parece, de información. Pero hay casos en que ondas y partículas sin masa exceden dicha c. Hay varios experimentos pensados, gedanken experimenten, para ilustrar eso. Por brevedad, aquí considero una guía de onda, GO, rectangular en aire, usada en ingeniería electrónica para microondas. Para GO ópticas habría que extender dicho análisis, lo que no hago aquí. En la GO rectangular en aire se tiene las siguientes relaciones:

vf = v de fase = c/a; vg = velocidad de grupo = c .a; a = sqr [ 1 – b]; b = (fc/f)^2;

f, frecuencia (Hz); fc, frecuencia de corte (Hz), dependiente de parámetros de la GO; sqr, raíz cuadrada; ^2, elevación al cuadrado.

En la GO las ondas, electromagnéticas u ópticas según el caso, viajan con velocidad de fase y “se reflejan” en las superficies de la guía formando, a lo largo del eje de ella, nodos y antinodos, que se desplazan con velocidad de grupo. Si f = fc se tiene a = 0, vg = 0 y vf tendiendo a infinito. En general: vg < c < vf.; vf . vg = c^2. Si el interior de la guía es de un material con permeabilidad magnética relativa u y constante dieléctrica relativa d, habría que cambiar c por vl = c/[sqr(ud)], siendo vl la velocidad de la luz en dicho medio. En el caso del conocido Efecto Cerenkov, la luz, por ejemplo azulina, viaja a mayor velocidad que la vl del medio respectivo. En general, u es igual o mayor que 1 y d es mayor que 1 y, por ende, vl es menor que c. Eso es natural y no asombra. Pero si se tuviera un medio artficial, no existente en la naturaleza, en el que fuera u = 1, o menor, y d <> c. Así un pulso luminoso viajaría por dicho medio con una velocidad vl superior a la c del vacío. Justamente eso hicieron en el experimento NEC, donde un pulso luminoso viajó a vl = 310c.

En el experimento NEC se usó una cámara especialmente preparada en la que se irradió con láser un vapor de átomos de cesio, lo que no existe en la naturaleza. Desde un punto de vista, el vapor de átomos descompone el pulso luminoso en componentes, algo así como un prisma o arco iris. El factor sqr(ud), menor que 1, para las componentes no es lineal y avanza a dichas componentes con vl > c. El frente de onda del pulso tiene toda la información necesaria para reconstruir dicho pulso, u otro equivalente, antes de llegar al extremo de la cámara, por lo que pareciera que la luz sale antes de entrar. Por eso algunos físicos aducen que el pulso que sale no es el mismo que entró. El experimento parece no tener aplicación inmediata, salvo el de justipreciar el alcance de la Teoría de Einstein en eso. No sirve para enviar información hacia el pretérito, pero puede que sea útil en futuros computadores.

Más sobre portaaviones

En una Crónica reciente mencioné, al pasar, a algunas naciones que tienen portaaviones, además de EE.UU. y el Reino Unido. No pretendí hacer una lista completa de ellas, la que incluí en otra Crónica de años ha.

El Lector NC, uruguayo alerta y enterado, me informó que los aviadores de aviones de los portaaviones tienen un período de vida útil menor, como tales, que los pilotos de aviones de guerra sitos en tierra. Esto se debe a que en los lanzamientos con las catapultas de portaaviones los pilotos experimentan aceleraciones muy fuertes y que les van afectando.

El Lector KS completó mi lista de naciones con portaviones agregando a España, Italia y Tailandia. Agrega la interesante información de que Japón tiene un portaaviones moderno y pequeño basado en un destructor o destroyer.

Efectivamente, “Hyuga”, lanzado en agosto 2007, desplaza 18.000 toneladas, como un destructor norteamericano, y es un porta-helicópteros. Los portaaviones, nucleares, de EE.UU. son de unas 100.000 toneladas. Por el Tratado de Paz de 1945, las Fuerzas de Defensa de Japón no pueden construir barcos de guerra grandes. Los japoneses fueron pioneros, en 1920, en la construcción de portaaviones, como se sabe. El más parecido a “Hyuga” es el único portaaviones ruso, “Almirante Kusnetzov”, un portahelicópteros concebido como un crucero y de 65.000 toneladas. Hay unas 10 naciones que tienen portaaviones y de estos hay unos 22, once de los cuales son de EE.UU. En el mundo hay 8 portaaviones en construcción, de los cuales 2 son de EE.UU. y 2 del Reino Unido. Durante la WWII, Segunda Guerra Mundial, 1939-1945, fueron hundidos 15 portaaviones japoneses, 10 británicos y 9 estadounidenses, de diversos tipos.

Vigencia de la poesía china del siglo VIII

Este siglo 21, aún en su infancia de casi diez años, presenta problemas de diversa índole y que mantienen en suspenso y angustia a las sociedades e individuos. Unos son resolubles en plazos desde breves a medianos y largos, en tanto que otros no son resolubles, o por lo menos no se vislumbra posibles soluciones a ellos. En general, las soluciones a corto plazo que se han excogitado para algunos han producido o causarán males mayores.

Dentro de ese panorama incierto, y con los actuales habitantes de la Tierra inmersos en dificultades y problemas cuotidianos, me pregunté si alguien estará interesado en leer historia o literatura de épocas lejanas. En particular, y ya que incluí a poetas y poetisas chinos del siglo 8 en la Crónica 6 de 2008, me interesó saber si ellos siguen teniendo vigencia, en particular si se continúa escribiendo libros sobre ellos. La respuesta es afirmativa. Hay muchos libros sobre esos y otros poetas chinos en distintos idiomas. A continuación indico cuatro libros recientes sobre el poeta Li Bai en castellano, inglés, francés y chino vernacular o mandarín. Agrego tres poemas de él. Su poesía directa, tersa, pictórica y descriptiva leída en unos minutos diarios nos puede ayudar a evocar esas eras también turbulentas pero en las cuales algunos y algunas se daban un respiro para pensar en la naturaleza y en su propio interior. Y siempre habrá, aun en los Metros de las grandes urbes, alguien que los vaya leyendo.

Li Bai, 701-762, también conocido como Li Bo, Li Po, Li Tai Po, o The Banished Inmortal, o El Inmortal Desterrado, tuvo una vida muy diversificada.

Anne-Hélêne Suárez Girard, A punto de partir: 100 poemas de Li Bai, Editorial

Pre-Textos, Madrid, Buenos Aires y Valencia, 2005.

Paula M. Varsano, Tracking the Banished Inmortal: The Poetry of Li Bo and Its Critical Reception, University of Hawai Press, Honolulu, 2003.

Florence Hu-Sterk, L´Apogée de la poésie chinoise, Li Bai et Du Fu
Editorial You-Feng, Paris, 2000.

Ying Zhang, Li Bai quanji jiaozhu huishi jiping, Baihua wenyi chubanshe, Tianjin, 1996, 8 volúmenes.

Escrito en nombre de alguien que siente el otoño

¿Cuántos días hace ya que nos despedimos?

En el umbral han crecido malvas silvestres.

En el árbol chirrían cigarras del frío,

cantando día y noche con triste constancia.

Moja las luciérnagas el rocío claro,

seca la cuscuta la escarcha cristalina.

En vano oculta el rostro la manga de gasa,

el llanto es incesante en un tiempo sin fin.

Una noche de primavera, en la ciudad de Luo, se oye una flauta

¿De qué casa vuela en la noche el son de una flauta de jade?

Se funde en el viento vernal e inunda la ciudad de Luo.

Oyendo entre las melodías la de La rama de sauce,

¿a quién no le viene nostalgia de sus jardines natales?

Salida matinal de la ciudad de Baidi

Al alba dejo Baidi entre nubes irisadas,

mil estadios a Jiangling, regreso en un solo día.

Los monos de ambas orillas aúllan incesantes,

mi barca leve ha pasado infinitas cordilleras.

Isla Easter (Pascua) e Islas Christmas

El Lector IC me hace notar que el nombre inglés de Isla de Pascua es Easter Island y no Christmas Island, como puse yo. Le agradezco esto: mis dedos escribieron erróneamente. La Isla fue “descubierta”, por occidentales, en una fecha de Pascua de Resurrección, Easter. Hay dos Christmas Island, de Pascua de Natividad, o Navidad. Una pertenece a Australia y está cerca de Indonesia. La otra pertenece a la actual República de Kiribati, una nación de 33 islas, en el Pacífico. En una de esas islas, Tarawa, se produjo, en 1943, una batalla entre norteamericanos y japoneses. Algunos nombres de las islas han cambiado.

La Batalla de Tarawa, 1943

Después de su ataque a Pearl Harbour, diciembre 1941, los japoneses se extendieron por las islas del Pacífico y se fortificaron en ellas. En agosto 1942 EE.UU. inició la recuperación de esas islas, empezando con Guadalcanal, en las Islas Salomón, donde murieron 24 mil japoneses y 6 mil estadounidenses, australianos y neozelandeses. Al parecer, nadie discutió la necesidad de esa batalla.

En noviembre 1943 las fuerzas estadounidenses desembarcaron en Tarawa, en las Islas Gilbert. Tarawa, una isla atolónica, estaba fuertemente defendida por 3 mil japoneses y unos 2 mil obreros nipones y coreanos. Los estadounidenses emplearon 17 portaaviones, 12 acorazados, 12 cruceros, 66 destructores, 36 transportes y 35 mil marines y soldados. La Batalla duró 4 días y sólo sobrevivieron 17 nipones y 129 coreanos. Los estadounidenses tuvieron 1677 muertos y 2396 heridos. La opinión pública norteamericana no entendió la necesidad de esa batalla por un atolón perdido

en las vastedades del Pacífico, ganada a tan alto costo y con ventaja de 7 a 1 en combatientes y 143 a 0 en barcos. Pero se requería como base para reconquistar gradualmente las Islas Marshall, las Islas Marianas, las Filipinas y acercarse a Japón, asegurando menores muertes de norteamericanos, ya que los japoneses infligían fuertes bajas, morían combatiendo y nunca se rendían.

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Juan L. Hernández Sánchez

jueves, 3 de julio de 2008

Crónica Nº9 de 2008

Crónica 2008.06.29, Nº 9 de 2008

Sigo comentando y tratando de contestar a nivel general comunicaciones o consultas que me han enviado Lectores de estas Crónicas, a quienes les he escrito individual y detalladamente. En otras Crónicas trataré de continuar comentando lo indicado por otros Lectores. Uso Lectores y Crónicas para distinguir de los vocablos generales lectores y crónicas, no por petulancia.

1. Las dudas de algunos sobre la llegada de EE.UU. a la Luna en 1969-1971

En la Crónica 7 anoté, al pasar, que China ha anunciado que pondrá cosmonautas en la Luna en 2015 y que NASA proyecta volver a ella con astronautas en 2020. El Lector MJ me comunica que ese intervalo de unos 50 años para volver a la Luna le hace dudar de que se llegó, con astronautas, a ella. Esa duda se agrega a la de algunos, estadounidenses y otros, que han escrito que los alunizajes parecen haber sido fraudes y montajes de NASA. Quienes creen eso se concentran en el primer alunizaje, en 1969, y describen muchos detalles que les parecen sospechosos. NASA e independientes han formulado explicaciones sobre esos detalles.

Mi familia y yo vimos en TV el primer alunizaje de los astronautas estadounidenses. Mi suegra, muy religiosa, nunca creyó que eso fuera cierto. Los demás lo creímos. Muchos años después leí un artículo en la revista española “Año Cero” en el que se mencionaban diversos detalles que algunos, norteamericanos y otros, consideraban como pruebas de que el primer alunizaje no había ocurrido y que todo lo que se televisó y fotografió era un fraude, un simple montaje. Como “pruebas” aducen una veintena de detalles. Siempre que ocurre algo surgen teorías de conspiraciones y confabulaciones sobre ello. En Internet están todos esos detalles y las respuestas que se han dado para explicarlos.

Uno de los detalles es la bandera que parece flamear, aunque la Luna no tiene atmósfera. La explicación que se da es que la bandera era de plástico, justamente para que se mantuviera horizontal. Las aparentes ondulaciones que presenta son arrugas, ya que venía plegada en el módulo de alunizaje. Otro detalle es que en el cielo, negro, no aparecen estrellas: las hay en la fotografía original. Se dice que el astronauta no proyecta sombra: sí la arroja pero no se nota bien porque cae casi toda en una pequeña hondonada paralela. Otra duda es sobre quién tomó las fotos del astronauta que baja la escalera. Obviamente, había luces y cámaras apropiadas en el módulo de alunizaje. Otra crítica es la de que ningún humano puede pasar por los cinturones Van Allen sin morir, por la radiación. Eso sería si se recorrieran esas capas, pero el cruce de la nave fue normal a ellas y brevísimo. NASA había anticipado eso, así como la protección contra la radiación y las extremas temperaturas en la Luna. También se aduce, en apoyo de la tesis del montaje, la conducta evasiva o temperamental de los astronautas después de su regreso. Uno lloró cuando le preguntaron algo. Finalmente, en la teoría de las conspiraciones, se recuerda que varios de los “lunautas” fallecieron después en accidentes aéreos, además de los tres que murieron calcinados antes de despegar de la Tierra, y se aduce que eso era para “acallarlos”. Repito que “cada quien cree lo que quiere creer”. Y teorías de conspiraciones hay para todo.

Uno de mis razones para creer en el alunizaje es que la URSS, el único adversario espacial y de la Guerra Fría, habría denunciado rápida y gustosamente cualquier fraude de EE.UU. en eso. Pero se aduce que la URSS tuvo pésimas cosecha en esos años y que extorsionó, con su silencio, a EE.UU. para que le enviara grandes cargamentos de alimentos. Mi principal razón para creer en la realidad de esos alunizajes, y parecerá extraña, radica en la experiencia epifánica espacial del astronauta Edgar D. Mitchell, citado más abajo, a menos que alguien crea que la inventó o que la tuvo en la Tierra.

Una razón para que EE.UU. no haya vuelto con astronautas a la Luna después de esa época es que el costo de esas misiones tripuladas fue muy oneroso, parece que sobre 100 mil millones de dólares equivalentes de ahora. Científicamente, esos viajes aportaron datos que se habrían obtenido con menos costo y riesgo con vuelos no tripulados y vehículos robóticos. Se exceptúan los datos biológicos y sicológicos de los astronautas. Además, esos alunizajes eran por breve tiempo, no como las misiones tripuladas que se planean para 2020. Habría que decir más sobre esto.

El día en que EE.UU. iba a poner su primer astronauta en el espacio, algunos estudiantes extranjeros de la Universidad de Pittsburgh estábamos visitando la fábrica principal de la Westinghouse Electric Corporation. Todos, por doquier, escuchaban en sus radios portátiles. Un alumno holandés, con un gorro ruso, había estado en Moscú cuando los rusos pusieron en órbita a Yuri Gagarin, y fue muy entrevistado. Cuando se anunció el éxito de esa misión espacial de EE.UU. la alegría general fue inmensa.

2. La epifanía de E.D. Mitchell, el sexto norteamericano que caminó en la Luna

[Epifanía: manifestación, aparición o comprensión súbitas]

El Dr. Edgar D. Mitchell es el sexto astronauta que caminó en la Luna, en la Misión Apolo 3, 1971. Era Capitán de la Marina de EE.UU. y es Bachelor in Sciences por la Carnegie-Mellon University, Master of Sciences por la U.S. Naval Posgraduate School, Doctor in Astronomy and Astrophysics por el MIT, Doctor Honorario de varias Universidades de EE.UU. y autor de dos famosos libros. Recibió la Medalla del Congreso de EE.UU. y fue candidato al Premio Nobel de la Paz.

En su viaje de regreso de la Luna experimentó una epifanía, una súbita revelación o expansión de consciencia sobre la Consciencia y la Unidad del Universo. [Como San Paulo en el camino de Damasco, o como un Yogui o Iniciado]. De verse como un observador separado del Universo pasó a sentirse como dentro de éste y comprendió la Unidad de Todo. Su vida cambió radicalmente. A su retiro de la Armada, co-fundó en California el Noetics Institute, de 30 mil miembros, para fomentar investigaciones en esas disciplinas.

No confundir Noetics, conocimiento directo, en una acepción, con No-Ethics, falta de ética. Noetics, Noética, del griego Nous, mente o intelecto, es como una rama de la metafísica relacionada con el estudio de la naturaleza, el intelecto y el conocimiento interno. Pero es más que eso, ya que se refiere al “conocimiento directo” de todo. Nació en el Antiguo Egipto y siguió en los Antiguos India y Tibet. Algunos occidentales avanzaron algo en esa dirección: Anaxágoras, Platón, Aristóteles, Plotino, Avicena, Averroes, Helen P. Blavastky, H. Bergson, R. Steiner, G. Gurdjieff, P. Ouspensky, P. Teilhard de Chardin, C. Castaneda. Parece, con el debido respeto a esos famosos filósofos, que ninguno de ellos aportó algo, en el tema en cuestión, que no hubieran tratado ya los antiguos egipcios, hindúes y tibetanos, salvo vocablos que indican menos que las palabras de aquellas antiguas civilizaciones. Tampoco aportaron algún método a seguir por quien quiera avanzar. Esto sí lo hizo Paramhansa Yogananda, aunque no en sus libros, sino a sus discípulos. Hay actualmente adeptos a la Teoría de Noosfera, de V. Vernadsky y P. Teilhard de Chardin, y otros a la Teoría Gaia, la Tierra como Ser Vivo, de J. Lovelock. Estas y otras teorías son como vistas parciales del tema principal citado.

Versos de unos poemas que Edgar Mitchell escribió mientras era astronauta:

Search [Búsqueda]:

To find the great Tomorrow,

Where all the wants are met,

I´ve searched and hoped, dreamt and chose,

But I haven´t found it yet…

Insight [Intuición]:

It´s all part of One,

A song that is sung

Each note at its place in the tune.

In this Universe wide, each segment is tied.

The earth to the stars to the moon…

3. La teoría de que los Moais son seres vivos lentísimos

Se ha escrito mucho sobre la Isla de Pascua, o Christmas Island. El Lector RB la visitó y me escribió sobre algunos misterios de esa isla. Si uno acepta lo exotérico puede quedar feliz y no ver ningún misterio. Si uno acepta lo esotérico sabe que los “misterios de la Isla” se deben explicar de una manera más profunda. No comento aquí sobre esos temas: hay demasiada información sobre ellos. Pero he dicho algo en mis crónicas de años ha sobre los Registros Akásicos, el mítico Continente Mu, o Lemuria, y otros. También puse algo en mi libro metrificado “MetriCrónicas”, sesgadamente.

Dos escultores pascuenses, o chilenos rapa nui, que han realizado varios moais para ciudades del extranjero, tallaron en Santiago el Hoa Nui, Amigo de Todos, de 5 metros de altura, en una roca extraída del volcán Llaima y sobre una base de piedra de Chicureo. La cabeza es de otro mineral. El alcalde de Ñuñoa lo puso en la explanada frontal del Estadio Nacional pero la Dirección de Monumentos Nacionales ha decretado que se le traslade a otro sitio. El alcalde aduce que el moai es un gesto de respeto hacia el pueblo rapa nui y que hace poco todos los chilenos defendíamos los moais como “Maravillas de la Humanidad”. La colonia griega había regalado, en 1962, la estatua de un Discóbolo para esa explanada. Alguien de esa colonia dijo que había visto discóbolos lanzando discos pero nunca a un moai corriendo. Eso me recordó la teoría que sigue.

Una teoría que leí sobre los moais es que son seres vivos que viven a un ritmo lentísimo, tal que uno puede detectar cambios en ellos sólo en decenas de años o en siglos. A lo mejor el autor de esa idea ha puesto ahora algo en Internet. Hace unos años había un moai en Viña del Mar, en una “isla central” de la Avenida Marina, frente al Club Árabe. Una vez traté de fijar la proyección del moai en un sistema de coordenadas basado en el muro de enfrente, del lado del cerro. Después de un año volví pero no detecté cambios a escala de centímetros. Puede que los hubiera en milímetros, pero no tenía un láser y seguramente el muro se había movido con los sismos diarios que hay, aunque uno no los sienta. No había GPS para fijar posiciones desde arriba. No pude seguir al año subsiguiente porque se habían llevado el moai. Esto parece broma pero tiene facetas que se remontan, otra vez, al Antiguo Egipto, y a teorías de “vida universal”.

4. Sobre el 21 de Mayo y héroes chilenos y extranjeros

En una Crónica sugerí, aunque nadie me lea y menos haga caso, que el 21 de Mayo vuelva a ser un día de unión de los chilenos y en el que se respete la memoria de “quienes podían haberse rendido, honorablemente, pero que prefirieron combatir hasta el fin, honrosamente”. Ahora es un día político, de desunión y de discursos que todos escuchan para criticarlos y que nadie recuerda una semana después.

El Lector RG, de EE.UU. me comentó que él ha leído la historia peruana y que ella no concuerda con la chilena en lo referente a la Guerra del Pacífico, 1879-1884. Eso es natural y ocurre siempre que se enfrentan países. Francia y Alemania, verbigracia, libraron varias guerras y las historias de ambas naciones difieren en lo que respecta a ellas. EE.UU. y México, como otro ejemplo, se enfrentaron en guerras y las historias de ambos países discrepan sobre ellas. Al menos en Sudamérica convendría que algunos historiadores, de los diversos países, se unieran para escribir un libro de historia común. Un académico chileno, de Santiago, siempre escribe con un espíritu americanista y da gusto leer sus cartas a los diarios, aunque uno discrepe con él a veces. Al mencionar a los héroes chilenos de la Guerra del Pacífico, en Chile no se olvida, y se honra, al héroe boliviano Eduardo Abaroa y al héroe peruano Miguel Grau, que cayeron combatiendo por sus Patrias, sin vacilar, frente, respectivamente, a tropas y naves chilenas superiores.

RG critica también a los jefes chilenos por “enviar a combatir a dos naves de madera”. En realidad, esas dos naves quedaron en Iquique porque no podían navegar a la velocidad de los blindados chilenos. El historiador Francisco Antonio Encina criticó, en su famosa obra de historia, a los jefes militares chilenos en esa guerra, principalmente a los del ejército. El gobierno de Chile nombró al civil Rafael Sotomayor como Ministro de Guerra en Campaña para dirigir dicha guerra, y él organizó y planeó varias de las operaciones de ella. También supo escoger a jefes idóneos en la Armada y Ejército.

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Juan L. Hernández Sánchez