jueves, 25 de junio de 2009

Crónica Nº 5 de 2009

Crónica 2009.05.31, Nº 5 de 2009
1. Albert Einstein, el físico que trabajaba sólo con papel y lápiz
-- El que alguien haya partido antes que yo de este extraño mundo nada significa. Quienes creemos en la física sabemos que la distinción entre pasado, presente y futuro es sólo una ilusión porfiadamente persistente. -- En este siglo 20 el desarrollo es caracterizado por dos sistemas teóricos esencialmente independientes entre sí: la teoría de la relatividad y la teoría cuántica. Los dos sistemas no se contradicen directamente, pero parecen poco proclives a fusión en una teoría unificada. -- Lo más bello que podemos experimentar es el misterio. Es la fuente de todo verdadero arte y de toda ciencia. Aquel a quien esta emoción le es extraña es como si estuviera muerto, con los ojos cerrados.

2. Las exitosas teorías relativísticas y cuánticas son sólo aproximaciones de segundo orden
Mis aprensiones de hace 60 años parece que están resultando ciertas ahora.
Pido paciencia por lo que sigue, pues primero hago un bosquejo personal histórico que explica el motivo de mis pesquisas desde 1945 para después, en otras crónicas, abocarme más propiamente a lo relativístico y cuántico, y mis aprensiones y disquisiciones.
En 1945 se acercaba el fin de la Segunda Guerra Mundial, WWII. Alemania se había rendido y Japón empezaba a retroceder y hasta Chile le había declarado la guerra. Mis expectativas provincianas de ingresar a una de las cinco universidades que había eran muy ilusorias. Me había estado preparando para rendir el Bachillerato en Biología de la Universidad de Chile y postular a Medicina. Pero mi padre me dijo que no podía ayudarme financieramente. Si quedaba en la Universidad de Chile tendría que autofinanciarme, quizás como, según era costumbre, cobrador de microbuses o tranvías, Ovalle-Negrete, Matadero-Palma, u otras en Santiago. Pero un día mi padre llegó con los libros que se usaban en la Escuela Militar y me ordenó que los estudiara, junto a los usuales, y que postulara a la Universidad Técnica Federico Santa María, UTFSM, de Valparaíso, que ofrecía becas. No se sabía que existiera esa Universidad, salvo por un folleto en que aparecía un estudiante que subía por una escalera imponente.
Me enfrentaba a dos problemas. El primero era que la UTFSM sólo ofrecía 24 cupos en Ingeniería, 8 cada uno en Electricidad, Mecánica y Química, y había miles de interesados. Vine a Valparaíso y rendí los exámenes de matemáticas, castellano, comprensión sicológica y gimnasia. Había postulantes muy malos en gimnasia y quizás por eso, como menos malo, fui aceptado en esa Universidad, que se veía muy alemana y de disciplina casi militar. Surgió el segundo problema: la UTFSM exigía además, desde ese año, que los aceptados aprobaran el Bachillerato en Matemáticas de la Universidad de Chile: matemáticas, física con cosmografía, química, castellano, inglés y francés. Y en Santiago los provincianos éramos de segunda clase, como actualmente. Abraham Lincoln recomendaba no cambiar de caballo mientras se cruza el río pero tuve que pasarme, a plena velocidad, del roano Bachillerato en Biología al alazán Bachillerato en Matemáticas. Obviamente, en el examen oral de física me preguntaron las Leyes de Kepler, tema temido por todos y que la comisión santiaguina de profesores de la U. de Chile reservaba para los provincianos que no les agradaban. Parece que no les agradé pero me defendí con mi Cosmografía, que uno tenía que estudiar por su cuenta: estaba en los planes de las Humanidades, Enseñanza Media de ahora, pero no la enseñaban.
Con tantos conocimientos de física newtoniana me sentía muy ufano, por ignorancia juvenil, pero la bomba atómica y la famosa fórmula E = mc2 me golpearon y despertaron bruscamente. Traté de buscar información técnica pero no la había. Creo que en Chile ni había físicos profesionales, al menos conocidos, ni quien supiera de esas materias. En 1946 me incorporé a la UTFSM, donde la enseñanza era muy exigente, como ahora, y sólo pude dedicarme, en mi tiempo libre, a las teorías relativísticas, y cuánticas después, en 1950. El Dr. Rudolf Ripa, checoeslovaco-chileno, Profesor de Fisicoquímica de la UTFSM, escribió sobre El camino que llevó al hombre a la bomba atómica, aclarando, junto con sus apuntes de clase, esas materias. No fui alumno suyo pero sus escritos me iluminaron mucho. Para leer a Albert Einstein fidedignamente aprendí alemán científico en un libro de German for Scientists. Más adelante, para leer fidedignamente a los famosos físicos rusos L. D. Landau y E. M. Lifshitz pensé estudiar ruso científico, pero sólo hice esto, a lo Champollion, en 1957, cuando se lanzó el Sputnik. La librería Four Continent Book Corporation vendía libros técnicos rusos en Nueva York. Esos idiomas me permitieron leer las fuentes de las teorías, no simples traducciones, y me sirvieron mucho en mi estadía de doctorado en la Universidad de Pittsburgh, Pittsburgh, Pennsylvania, EE.UU.
-- Si mis teorías resultaran ser correctass, los alemanes dirían que soy alemán y los suizos que soy suizo. Si ellas resultaran ser erróneas, los alemanes dirían que soy suizo y los suizos que soy alemán. Albert Einstein.
Con esos estudios, llegué a la conclusión de que las teorías relativistas y cuánticas son aproximaciones de segundo orden, pero excelentes. Sus fundamentos son endebles, a mi parecer, pero como no se me ocurrieron, ni se me ocurren, teorías mejores, o sustitutivas, me callé. Pero ahora veo que algunos físicos empiezan a mencionar ciertas dudas respecto a fenómenos especiales de interés. En mis crónicas de años pasados puse algo de Teoría de Superstrings, como presunta teoría unificadora, pero aquí no me refiero a ella. En crónicas próximas iré exponiendo algunas de mis aprensiones de hace 60 años. Pero primeramente anoto lo siguiente:
A. Se ha comprobado casi todo lo predicho por la Teoría Especial de la Relatividad. B. Se han comprobado casi todo lo predicho por la Teoría General de la Relatividad. C. Se ha comprobado casi todo lo predicho por la Teoría Cuántica. D. Todas esas Teorías están firmemente establecidas y tienen usos prácticos.
Entonces, ¿cuáles eran y son mis aprensiones? Las iré exponiendo en otras crónicas.
E. Los estudiantes de física deben atenerse a lo que están estudiando en sus asignaturas y no leer mis aprensiones ahora, sino, quizás, más adelante cuando aprueben todos sus ramos.
Sabemos, ahora, que la física newtoniana es una primera, y muy buena, aproximación, a velocidades bajas, y la seguimos usando cuotidianamente. Los primeros cursos de física, en liceos y universidades, y la ingeniería básica, se basan en ella. Pero en fisión y fusión nucleares y en aceleradores de partículas, como el LHC, es importante lo relativístico. La teoría cuántica es indispensable en la física de semiconductores, en los transistores y lo demás, y en los venideros y esperados computadores cuánticos. En una revista de EE.UU. apareció un artículo que describía todos los aparatos y sistemas cuotidianos de ahora que emanan de las Teorías de Albert Einstein.
Sólo me interesa saber algo de certeza sobre el planeta y universo en que he vivido una vida, esta vez.
3. Unas fábulas sobre credulidades cuotidianas y científicas
Credulidad impuesta o forzada: Un rey de mano dura se paseó con el torso desnudo y le ordenó a sus súbditos que describieran su camisa. Los prudentes vasallos elogiaron la calidad de la tela, la fina confección y los maravillosos colores de la camisa. Un niño que gritó que el rey no llevaba camisa fue recluido a pan y agua.
Credulidad voluntaria o autoinducida: Un mendigo, que fingía tullimiento, se enojó con un transeúnte que no le dejó limosna y le dijo que mejor se fuera a la bahía a ver una ballena que había varado. Algunos que escucharon se fueron presurosos a ver eso. Al poco rato pasaban gentíos hacia el puerto a ver un cetáceo varado. El mendigo se autoconvenció de que tanta gente no podía estar equivocada y, olvidando su mentira y tullidez, empezó a correr para ver la ballena.

He incluido aquí, a mi manera, estas fábulas para recordar las credulidades e incredulidades sobre creencias y teorías nuevas. Las teorías nuevas son recibidas con incredulidad y molestia, porque cambian lo que se aceptaba antes con credulidad firme. Después de un tiempo son aceptadas y pasan a ser establecidas, con credulidad, aunque sean dudosas. Todo intento de reemplazarlas por otras es resistido. Cuando aparece algún nuevo fenómeno que no puede ser explicado por ellas hay que reemplazarlas o enmendarlas. Albert Einstein era un científico humilde y reconocía que sus teorías relativistas, la especial y la general, eran sólo modelos de la realidad, que mejoraban las teorías de Isaac Newton, para compatibilizarlas con las electromagnéticas de James Maxwell. Pero siempre tuvo dudas sobre la Teoría Cuántica. Como dijo un físico famoso, el universo relativista es continuo, determinístico y predecible, en tanto que el cuántico es discontinuo, aleatorio e impredecible, en lo individual. Pero, como se sabe, el Premio Nobel de Einstein, 1921, fue, principalmente, por su explicación cuántica del efecto fotoeléctrico. También explicó el movimiento browniano por teoría de probabilidades, disciplina que no le gustaba. Pocos entendían aún las teorías de la relatividad, aunque Einstein había escrito esos cuatro artículos en 1905.

Sabemos ahora que muchas de las teorías científicas a lo largo de los siglos son erróneas o parciales. Estos términos no son lo mismo. Las teorías de que la Tierra es plana y de que ella es el centro del universo son erróneas. Las teorías newtonianas, relativísticas y cuánticas son parciales pero muy útiles. Los sabios egipcios, chinos, hindúes, mayas y otros sabían que la Tierra es casi redonda y que gira en torno al sol, mas no los europeos, salvo algunos. Pero esas teorías erróneas perduran aún en lo cuotidiano, informalmente. Si uno va por una carretera piensa que ella es plana: no tiene sentido verla convexa. Es más fácil para un Servicio Meteorológico, o Calendario, poner que el sol asoma a las 7 AM, en vez de que por el giro de la Tierra en torno a él un observador en ésta empezará a ver a dicho astro a esa hora. Pero he leído de una Sociedad de la Tierra Plana, cuyos miembros creen en eso. Es ejemplo de credulidad autoconvencida. También está la Teoría Antrópica, científica, que puse en mi libro rimado MetriCrónicas, sobre que la Tierra fue creada para los humanos, si uno se atiene a las constantes físicas del Universo. Hace siglos hubo personas perseguidas porque creían en la teoría heliocéntrica, y algunas no abjuraron, aunque las autoridades les querían imponer una credulidad forzada de que la Tierra es el centro de giro. Las autoridades tenían la mano más dura que el rey de la fábula que anoté y si alguien, como el niño de ella, se atrevía a discrepar era castigado severamente, hasta con la hoguera. En tiempos modernos hubo premios Nobel conferidos por teorías que después resultaron erróneas y se asignaron otros premios Nobel a quienes propusieron otras que las refutaban. Seguiré en otra ocasión con este tema.

4. EE.UU. no olvida a los países neutrales que comerciaron con Alemania en la WWII
Suiza, Suecia, Portugal, España y Turquía se enriquecieron suministrando a Alemania bienes y materiales para armas, a cambio de oro robado, mientras soldados aliados y civiles morían en esa Guerra.

En Internet hay abundante material sobre este tema de la Segunda Guerra Mundial, WWII, 1939-1945. Obviamente, tales acusaciones no son dirigidas contra los actuales nacionales de dichos países sino hacia los gobernantes de aquella época. Estos, y sus sucesores, se han defendido diciendo que temían ser invadidos por Alemania y que no sabían que el oro había sido robado a los bancos centrales de los países invadidos y a minorías, como la judía. Parece una ignorancia dudosa y deliberada. Por otra parte se aduce que gobiernos y nacionales de dichos países ayudaron, y acogieron, a decenas de miles de personas que de otra manera habrían sido eliminadas por los alemanes. Los materiales, minerales o ciertos equipos que vendían esos cinco países eran para fabricación de armas en Alemania.

Argentina, considerada más bien como simpatizante con el régimen alemán, por su lejanía geográfica, tenía nexos con él a través de Portugal y, además, se enriqueció durante la WWII vendiendo, a buen precio, alimentos en el mundo. Pero en 1944 rompió relaciones con Alemania y Japón, y más adelante les declaró la guerra. Portugal y Suecia rompieron relaciones con Alemania en 1945. En ese año Turquía les declaró la guerra a Alemania y Japón.

En la WWII sólo las principales naciones beligerantes luchaban por sus principios, buenos o malos, y no cambiaban de bando, excepto Italia. Prácticamente, salvo Suiza, todos los otros países rompían relaciones o se declaraban en guerra con aquellas potencias o entre sí, según lo que les convenía o como iba la guerra. Muchos cambiaban de bando según iba evolucionando esa conflagración. Chile rompió relaciones con Alemania, Italia, Japón, Bulgaria, Hungría, Rumania y Francia-Vichy en 1943, y en abril 1945 le declaró la guerra a Japón. En ese año Alemania se rindió en mayo y Japón en septiembre. Pero Brasil y México le declararon la guerra a Alemania, Italia y Japón en 1942 y enviaron tropas a combatir. Parece justo que estén como invitados del Grupo de Países Ricos de ahora.

Recordé a los países que se enriquecieron en la WWII al leer Therapy, del escritor estadounidense Jonathan Kellerman, Ballantine Books, New York, 2004, que me regalaron. Hablan los interlocutores L. S. y M.:

Página 60:
L: This computer hates me
Este computador me odia
S: I think you broke into a Swiss bank
Creo que entraste en un banco suizo
L: Don´t think so, no swastikas.
No creo, no hay esvásticas.

Página 265:
M : Did you know that the Swedes ´claimed´ to be neutral during the war,
but meanwhile they were doing business with the Nazis?
¿Sabías que los suecos se declaraban neutrales durante la guerra pero que en el interín comerciaban con los nazis?