viernes, 10 de agosto de 2012

Crónica Nº2 de 2012

Crónica JLHS Nº 2 de 2012 Kronyka 2012.07.30 1. La distribución de habitantes por naciones es como una hidra bicéfala y no de tipo Zipf 2. Bilocación cuántica: La plausibilidad de estar en dos lugares distintos al mismo tiempo 3. Angello Filipponi, Ayudante de G. Marconi, fue Profesor en la Universidad T.F. Santa María 1. La distribución de habitantes por naciones es como una hidra bicéfala y no de tipo Zipf El estimado Lector JAV es un constante colaborador con temas muy interesantes, que me envía a juhersan@gmail.com. Le contesto, como puedo, y archivo eso, pensando incorporarlo en alguna de mis Crónicas. Me comentó recién sobre los impresionantes logros chinos en los actuales Juegos Olímpicos 2012. Sobre China he escrito en varias Crónicas, por ejemplo sobre los poetas, decenas de miles de ellos, de épocas del pasado sínico o chino. También, en mi libro Metricrónicas dediqué una Kronyka rimada a los Descubrimientos de América por chinos, tema polémico sí. Recordé que don JAV me había remitido hace muchos meses una lista de los países más poblados del mundo, desde China hasta México, y busqué dicho archivo, pensando estudiar la Ley de Distribución Demográfica que satisfagan. Como he acotado en varias de mis Crónicas, en general las poblaciones, o números de habitantes, en casos que se podrían considerar normales, satisfacen alguna distribución Zipf, o armónica o natural, como una sucesión: 1; 1/2; 1/3; 1/4; …. La suma de términos de infinitos miembros de la serie no converge. Pero si ella se trunca, por ejemplo hasta los 209 países de la ONU, o 267 en general, parece, se pueden calcular las poblaciones en por ciento, o por unidad. Hay diversas modificaciones de la Ley de Zipf y otras Leyes de distribución más apropiadas en ciertos casos. Las poblaciones que me envió don JAV han aumentado y las reemplacé por los datos de la CIA, CIA- The World Factbook, en julio 2012, en millones aproximados de habitantes: China, 1345; India, 1205; Estados Unidos, 315; Indonesia, 250; Brasil, 210; Pakistán, 190; Nigeria, 170; Bangladesh, 165; Rusia, 140; Japón, 130; México, 115; ... Durante los meses de ese intertanto, Nigeria desplazó a Bangladesh en el séptimo lugar. Optimísticamente, o pesimísticamente, las proyecciones, aproximadas, para 2050 indican: India, 1700; China, 1450; EE.UU., 450;… Se aprecia que desde EE.UU. hacia abajo la distribución de habitantes es cuasi zipfiana, o que se ajusta a otras distribuciones conocidas. Pero las descomunales poblaciones de China e India alteran la extensión de leyes tipo Zipf, o de otras variantes, a los dos primeros lugares, hasta 2050. Desarrollé otra distribución matemática para modelar esas cifras demográficas, que no incluyo aquí. Alternativamente, uno podría adosarle impulsos Dirac a los guarismos, como es usual en ingenierías eléctrica, electrónica o de control automático, lo que tampoco hago aquí. Como fantasía mitológica ectónica, o inframundanal, imagino una tabla vertical de esas poblaciones como una Hidra Bicéfala, con cuerpo de serpiente y con China e India como cabezas, que crecen a tasas distintas. Quizás en 2035 serían iguales, y después India empezaría a superar a China en población. Pero la Hidra de Lerna, un monstruo mítico, tenía tres o más cabezas, no dos. EE.UU., demográficamente, sería como una vértebra importante. Los demás países serían como vértebras menores. 2. Bilocación cuántica: La plausibilidad de estar en dos lugares distintos al mismo tiempo Como se sabe, el desarrollo de computadores cuánticos ha tropezado con ciertas dificultades. Las más conocidas son el entrelazamiento, entanglement, a distancia de partículas y la incoherencia. Esas mismas características complican la extensión de la teoría cuántica a problemas midiscópicos, como el ser humano, por ejemplo. El enlazamiento, por ejemplo, era algo que A. Einstein y E. Schroedinger, entre otros, no podían aceptar: que una partícula afectara a otra a distancia y que supiera cómo moverse, en espín, al revés de su partícula entrelazada, como si no hubiera espacio ni tiempo. Una teoría física dice que justamente no hay espacio ni tiempo, pero aquí no entro en eso. Lo más común, para ciertos físicos de primera, es ignorar esos temas y adaptarse a que el universo es más complicado que lo que uno entiende. Como diría un niño: el universo es así porque sí. Una extrapolación de la teoría cuantica es la que considera que el cuerpo humano es cuántico. Dado que las menores partículas materiales, y del cuerpo, son cuánticas, algunos polímatas, científicos multiespecialistas, están estudiando esas avenidas. El entanglement , palabra inventada por Schrödinger) y la decoherence son problemas ahí, por no saber -justamente ese es el quid- cómo el cuerpo humano resolvió esos óbices, quizás evolutivamente. Pero otro asunto cuántico es más extraño aún, y podría ser una base, muy primitiva, para entender la bilocación: el que un individuo pueda estar en dos lugares distintos al mismo tiempo. Ese es un tema que viene desde la más remota historia escrita de la humanidad. De los 7.000 millones de humanos actuales quizás menos de unos mil aceptarían que puede haber bilocación. Pero en, por ejemplo, las religiones y filosofías figuran casos. Los casos más recientes que citan algunos autores son los de Fray Escoba, Martín de Torres, de Perú y los del Padre Pío, de Italia. Hay otros en las religiones o filosofías diversas. Dicen algunos autores que hay milenarias técnicas, por ejemplo tibetanas, para llegar a desarrollar bilocación. Aquí nos limitamos a enfoques científicos, exotéricos y no esotéricos. El enfoque cuántico de la bilocación nada tiene que ver con religiones, filosofías herméticas o creencias. La idea básica cuántica empieza así, más o menos, en la conducta de electrones. Si uno piensa en partículas másicas podría suponer que la bilocación es, o sería, imposible. Pero la teoría cuántica dice que las partículas son ondículas, o sea que tienen naturaleza de ondas. ¿Por que´? Digamos que porque si. La teoría cuántica postula una probabilidad de que una partícula esté en un lugar en cierto tiempo. Pero: se ha demostrado que un electrón puede estar en dos lugares al mismo tiempo. El experimento parece que es, o fue, así: Se arreglan o ubican dos ranuras, o rendijas, y se envía un electrón por cada una, al mismo tiempo, o sincronizadamente. A la salida -dada la naturaleza ondulatoria de los electrones- se forman los característicos patrones de valles y cumbres de ondas que se suman o restan, según. Recuerdo los anillos del polímata Newton, pero no sé si son así. Pero si se envía un electrón por la rendija A, y nada por la ranura B, se forman los mismos patrones ondulatorios que antes. La conclusión de los autores del experimento es que el único electrón pasó por ambas ranuras, o sea estuvo en dos lugares distintos al mismo tiempo. Pero hay mucho trecho entre un electrón y un cuerpo humano o de animal, aun de un simple virus. No he sabido si se han seguido los experimentos con más ranuras. 3. Angello Filipponi, Ayudante de G. Marconi, fue Profesor en la Universidad T.F. Santa María En los primeros años del decenio 1950, aproximadamente, fue Profesor en la Universidad Técnica Federico Santa María, UTFSM, de Valparaíso, Chile, el Doctor Ingeniero Angello Filipponi, adscrito a la Facultad de Mecánica, de entonces. Había sido uno de los Ayudantes de Guglielmo Marconi. En Internet no encontré datos de don Ángelo, aunque aparece otra persona de igual nombre y apellido. Don Ángelo era un Ingeniero con gran experiencia industrial en proyectos en Italia, y Chile. Diseñó y fabricó en Valparaíso el primer receptor de radio chileno, llamado Cóndor, y participó en la comercialización del mismo. Era un emprendedor. Con la tecnología de ese tiempo, ese aparato era de electrónica termoiónica y para recepción de AM, Modulación en Amplitud. Posteriormente, en la Universidad de Chile fue precursor e iniciador de los estudios del Géiser Tatio con miras a la posible utilización comercial y eléctrica de sus vapores y aguas calientes. A los mecánicos y electricistas de la UTFSM nos enseñó en clases de Proyectos Mecánicos a diseñar diversos aparatos e instalaciones, como las que él había proyectado y construido en Italia y Europa. Por ejemplo, recuerdo que quedé muy contento cuando diseñé un funicular. Afortunadamente, no tuve que construirlo, ni siquiera un modelo a escala. Por cualquiera de las muchas variantes de la Ley de Murphy algo habría fallado. A veces imagino teleféricos en las islas de Chiloé o los cerros de Valparaíso diseñados con algún software especializado. Recuerdo varias anécdotas de las clases de don Ángelo y de sus experiencias como ingeniero en Europa. Por lo menos, menciono aquí su fórmula favorita A = 0,7 (radice quadrata de P). Le preguntamos sobre unos diseños mecánicos y él nos dio esa fórmula. Pero cuando le preguntamos sobre otros diseños eléctricos nos dio la misma fórmula. Todos nos reímos, pero después vimos que tenía razón. Lo que pasaba era que don Ángelo, como ingeniero de gran experiencia, trataba de recordar en fórmulas simples lo que sabía y usaba en sus proyectos. Naturalmente, A y P significaban variables diversas, según el caso, y en ciertas unidades de medida ad hoc.

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