viernes, 22 de octubre de 2010

Crónica Nº8 de 2010

Crónica 8 de 2010
Kronyka 2010.10.10

1. Mi traducción para/meta frásica de parte de la canción I got Plenty o´ Nuttin, 1935
2. Super-acorazados japoneses de la Guerra Mundial II y sus vidas y propósito truncos
3. El plantel de dioses vikingos según el islandés Sturri Sturluson, del siglo 13

1. Mi traducción para/meta frásica de parte de la canción I got Plenty o´ Nuttin, 1935

De la Ópera Porgy and Bess, de George Gershwin, USA, 1898-1937.
Sería como [ I have Plentiness of Nothing] Tengo abundancia de nada

Tengo abundancia de nada
y esa nada es abundante para mí.
No tengo carreta ni mulas.
No tengo desdicha.
Gentes con abundancia de abundancia
ponen candados en sus puertas,
temerosos de que les roben
mientras están afuera consiguiendo más.
¿Para qué?
Tengo las estrellas, que son libres,
y el firmamento todo el día.

2. Super-acorazados japoneses de la Guerra Mundial II y sus vidas y propósito truncos

- Fueron los mayores acorazados habidos en la Historia, pero duraron poco
- No lograron cumplir sus propósitos de destruir acorazados norteamericanos

Yamato,1941-1945. Hundido por aviones
Musashi, 1942-1944. Hundido por aviones y submarinos
Shinano,1944-1944. Mutado a super-portaaviones. Hundido por un submarino
Super-Yamato 1. Interrumpido en su construcción para usar su acero en otros buques
Super -Yamato 2. No iniciado, salvo en diseños y planos, destruidos por los nipones

El 20 de septiembre de 2010, con motivo del Bicentenario de Chile, se efectuó en Valparaíso una presentación aeronaval. En la parte naval desfilaron 21 barcos de la Armada de Chile y 5 buques de naciones amigas. Ilusoriamente me transporté a los tiempos de los acorazados que visité en Valparaíso en el siglo 20. Imaginé que el desfile lo encabezaba el espectro del acorazado Almirante Latorre, que fue orgullo de los chilenos. Había combatido, como HMS Canada, en la Batalla de Jutlandia, 1916, la mayor y última que hubo entre gran número de acorazados. El acorazado Latorre era un dreadnought, de 1913, 32.000 toneladas máximas, 190 metros de eslora y cañones de 36 centímetros. Vendido a Japón, al término de su vida útil, puede que su acero haya servido para otros buques. En mi desfile ficticio, vislumbré que detrás de ese navío chileno espectral venía un espejismo del acorazado estadounidense Wisconsin, de 1943, 58.000 toneladas máximas, 260 metros de largo y cañones de 41 centímetros, y con misiles desde 1980. Combatió en las Guerras Mundial II, de Corea y de Irak. En mi ilusión debo haber captado mentalmente una imagen satelital de él desde Norfolk, Virginia, USA, donde es conservado como Buque Museo. ¿Por qué no preservamos, los chilenos de entonces, el acorazado Almirante Latorre como Museo Flotante, siguiendo ejemplos de los norteamericanos? En una crónica de hace años escribí algo tangencial a eso, pero sería inane repetirlo aquí. Al menos, en 1958, el ingeniero Francisco Cereceda Cisternas, rector de la Universidad Técnica Federico Santa María, y yo, como su encargado técnico, tratamos de preservar algo del acorazado, pero no se pudo. Los 7 millones de chilenos de entonces admirábamos, parece, más la cordillera que el mar y habíamos, quizás, olvidado el legado marítimo de Bernardo O´Higgins.

Hasta mediados del siglo 20 eran relativamente frecuentes las filas o líneas de acorazados, de las potencias navales, que navegaban airosos en desfiles pacíficos, para exhibir poderío, o en orden de batalla en alguna guerra. En esas épocas los acorazados fueron las naves de guerra capitales pero, a contar de la Segunda Guerra Mundial, WWII, pasaron a ser supeditados por los portaaviones. Ambos tipos de naves eran, o son, acompañadas por cruceros, destructores, fragatas, corbetas, submarinos, y otros. En esta Crónica me concentro sólo en acorazados. Parece que los últimos acorazados que dispararon bélicamente sus cañones fueron el Missouri y el Wisconsin, norteamericanos, veteranos de varias guerras. Completamente remozados, con electrónica moderna y dotados de misiles, además de sus poderosos cañones, participaron en la Primera Guerra del Golfo, 1991. La rendición de Japón, 1945, se firmó en el Missouri, como es muy sabido. Siempre recuerdo que el Wisconsin pasó por Valparaíso, después de la WWII, y que muchos chilenos lo visitamos. Los cuatrillizos Iowa, New Jersey, Wisconsin y Missouri , y otros buques, siguen a flote, en reserva o como museos en diversos puertos de los Estados Unidos. En la literatura se llama gemelos a buques de la misma clase, como los indicados, y el trío Yamato, Musashi e, inicialmente, el Shinano, pero estimo que son mellizos, no gemelos, ya que todos fueron construidos en astilleros diferentes, de sus países respectivos. Gemelos serían buques idénticos incubados y nacidos en un mismo astillero.

Un barco de guerra es como una plataforma flotante, de superficie o submarina, destinada a llevar armas de ataque, como cañones, torpedos, aviones y misiles. Pero esta simplicidad se altera con muchos otros aditamentos obvios y esos buques terminan siendo estructuras complicadísimas y de gran envergadura. Su concepción, diseño, construcción de casco, botadura al mar, completación y puesta en servicio definitivo demora varios años. Como ejemplo, la construcción, muy sigilosa, del Yamato, el mayor acorazado que ha existido, y autorizada en marzo 1937, demoró 3 años y medio hasta su botadura y su terminación otro año más. El barco fue comisionado, o asignado a servicio naval, el 16 de diciembre de 1941, 10 días después del aleve ataque japonés a Pearl Harbour.

Para comparar barcos, en esta Crónica sólo considero de ellos, por brevedad, el desplazamiento con carga plena, de tiempos de guerra, en toneladas, la eslora o largo, en metros y el tamaño de sus mayores cañones, en centímetros, de boca. En una comparación más completa habría que considerar esloras a flor de agua o totales, mangas o anchuras, calado, número y tamaño de diferentes cañones, velocidad máxima, tipo de propulsión, entre muchas otras características. Se consideran aquí, en lo que sigue, las fechas de puesta en servicio del barco y de su hundimiento, si ocurrió. Los mayores acorazados de la WWII fueron:

- Yamato [73.000 ton, 263 m, 46 cm]. Podía disparar proyectiles de casi 1,4 tons a 42
kilómetros. Asignado en diciembre 1941, participó en las Batallas de Midway, 1942, y
de Leyte, 1944, que fueron mayormente aéreas desde portaaviones. Se mantuvo después,
como otros buques nipones, navegando entre bases japonesas, para ahorrar combustible y
eludir ataques aéreos. Salió a combatir en una misión suicida y fue hundido por aviones en
abril 1945.
- Musashi: Mellizo del Yamato. Asignado en noviembre 1942. Hundido por aviones y
submarinos en octubre 1944.
- Shinano: Iba a ser un trillizo del Yamato. Tras la Batalla de Midway en que fueron hundidos
cuatro portaaviones japoneses, fue transformado sigilosamente en el mayor portaaviones
de la WWII. Asignado en noviembre 1944, fue hundido por un submarino diez días después.

- Bismarck. Alemán, 1940. [53.000 ton, 251 m, 38 cm]. Hundió al acorazado Hood, orgullo
de la Armada Británica, y averió gravemente al Prince of Wales, otro acorazado. El Bismarck,
ya seriamente averiado por largo combate con muchos buques, submarinos y aviones
ingleses, fue autohundido por su comandante y tripulación en 1941.
- Tirpitz : Mellizo del Bismarck. 1941-1944. Hundido por aviones.
- Iowa, New Jersey, Wisconsin y Missouri, Estadounidenses, [58.000 tons, 262 m, 41 cm]. En
servicio desde 1943, 1943, 1944 y 1944, respectivamente. Participaron en la WWII y otras
guerras, según el caso. Fueron modernizados en los años 1980s con nueva electrónica,
misiles y otros adelantos. Siguen a flote, en la Flota de Reserva o como Barcos Museos.

¿Cuál fue el acorazado más glorioso, admirado y notable en la Historia? Se podría argüir que fue el Bismarck. Después que el Bismarck hundió al Hood y averió al Prince of Wales, los principales acorazados ingleses, la Armada Real Británica lo persiguió y atacó tenazmente. Acosado por otros 6 acorazados, 2 portaaviones, 11 cruceros, 21 destructores, 6 submarinos y un centenar de aviones combatió hasta quedar convertido en una ruina, no un pecio, flotante e imposibilitado para atacar y defenderse. No lograron hundirlo en combate. Su comandante ordenó abrir las válvulas y compuertas de entrada de agua y él se sumergió con su barco, éste con la proa hacia arriba y la bandera al tope. Los barcos británicos se alejaron con rapidez por temor a los submarinos alemanes que se acercaban.

3. El plantel de dioses vikingos según el islandés Sturri Sturluson, del siglo 13

A. Cosmogonía mítica nórdica:
Al comienzo sólo existía Ginnungagap, el gran hueco o vacío, que era como aire suave y sin brisa, conjunción del frígido norte, Nulfheim, y del tórrido sur, Muspelheim, o Muspell. Al encontrarse estos la escarcha se licuó y goteó y, por el poder del que envió el calor, la vida apareció en las gotas y creció en la apariencia de un hombre, al que se le dio el nombre Ymir.

B. Creación del hombre por los dioses según la mitología vikinga:
No tenían espíritu, ni sentidos, ni sangre, ni voz, ni fina complexión.
Odín les dio espíritu, Haenir voz y Lod sangre y fina complexión.

En 2009 el Lector DKB me envió, gentilmente, desde Noruega el libro The Viking Gods, regalo que agradezco mucho. El libro, editado por Jon Thorisson, es de unas 80 páginas, con bellas ilustraciones de acuarelas, y se basa en traducciones al inglés de fragmentos de la obra Edda, del islandés Sturri Sturluson, escrita en el siglo 13. El libro me interesó mucho ya que nunca me había preocupado de saber sobre la cosmogonía, teogonía y mitología de los vikingos, o, más generalmente, de los nórdicos o escandinavos. Mi impresión, de ignorancia grosera, sobre esos nórdicos era que se destacaron como navegantes avezados pero también como invasores y piratas dedicados al pillaje y matanzas. Justamente, una enciclopedia define a los vikingos como un pueblo escandinavo que asoló Europa y Gran Bretaña entre los siglos 9 a 11. Pero otras enciclopedias les reconocen sus actividades como colonizadores y navegantes que llegaron, en esas épocas, más lejor que nadie, como, por ejemplo, al río Volga. También arribaron a América como un siglo antes que los chinos, que presuntamente la visitaron en 1421, de pasada, y que Colón, en 1492. De Escandinavia también me han interesado las runas y su significado esotérico, según algunos autores. Tampoco está claro el cómo se orientaban los vikingos en alta mar y en las nieblas y noches nórdicas. Algunos suponen que las piedras solares eran cristales polarizadores de luz, aunque ella fuera escasa.


Los lenguajes del siglo 13 eran, obviamente, muy diferentes a los actuales y las traducciones son difíciles. Como recordé en la Crónica 7, se puede hacer traducciones metafrás(t)icas o parafrás(t)icas. El librito The Viking Gods fue traducido por Jean I. Young, Ph.D., al parecer metafrás(t)icamente. Como todo el mundo, creo, yo sólo sabía de los dioses vikingos Odín, o Wotán, y de Thor, uno de sus hijos. Supe de Freyya, o Frejya, la diosa del Amor, por una novela estadounidense en que un ficticio megabarco petrolero noruego llevaba ese nombre.

El libro es muy interesante y su lectura es amena. Me parece que esa cosmogonía vikinga se parece, mucho o a grandes rasgos, a otras en lo de la creación del mundo y del humano, y a la griega antigua, verbigracia en lo que respecta al caos inicial y a los dioses del Olimpo. En estas Crónicas no trato de religiones. También se parecen a las concepciones de muchos otros pueblos y razas. Parece que los dioses vikingos eran doce, como los griegos del Olimpo y los de diversos pueblos. Muchos de los mitos vikingos son similares a los de variadas etnias mundiales. Se pueden hacer paralelos entre nombres de dioses, como Odín-Zeus-Júpiter, entre otros. Seguramente eso ha sido muy estudiado por sabios o doctos en la materia. Me queda la siguiente duda en el preámbulo B que anoté al comienzo: ¿Cuál de los dioses vikingos le dio sentidos al humano creado? No me agrada el que Sturri Sturluson y sus traductores hayan dejado ese cabo abierto. Más seriamente, presumo que la cosmogonía y mitología vikingas del siglo 13 no eran las originales sino que ya estaban alteradas por las de los países que recorrían esos navegantes nórdicos. También suponían que los dioses tenían su ciudad divina, Asgard. Para los caídos en combate existía presuntamente el Walhalla. En el libro que menciono, The Viking Gods, se describe la vida en los míticos Asgard y Walhalla.

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