lunes, 8 de diciembre de 2008

Crónica Nº 18 de 2008

Crónica 2008.11.29, Nº 18 de 2008

  1. Los piratas de Somalia son privateers armados con misiles tierra / aire

Puede que en un país no haya alimentos pero nunca faltarán armas modernas

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La Canción del Pirata, del poeta español José de Espronceda, 1808-1842

…La luna en el mar riela, / en la lona gime el viento, / y alza en blando movimiento

olas de plata y azul. / Y va el capitán pirata / cantando alegre en la popa, / Asia a un lado, / al otro Europa, / y allá a su frente Estambul….

…Son mi música mejor / aquilones, / el estrépito y temblor de los cables sacudidos, / del negro mar los bramidos / y el rugir de mis cañones…

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Ha habido piratas desde los más remotos tiempos. Algunos, ficticios, fueron inmortalizados, románticamente, como en novelas de R. Sabatini, E. Salgari, R. L Stevenson y otros. El epítome de ello parece ser la famosa poesía de José de Espronceda, de la que cité dos estrofas. En mi libro Metricrónicas, 2006, rimé un imaginario encuentro entre unos ficticios piratas Barbanegra y Barbarroja, no los que existieron. Usé, por licencia literaria, los vocablos pirata, bucanero y filibustero como sinónimos, aunque no lo son. Los separé de corsario, como debe ser, pero me faltó incluir algún privateer, dado que no existen en castellano traducciones como privatario, privatiero, privatista , u otro apropiado. Considero que los actuales piratas somalíes son más bien privateers, privatarios, pero además corsarios, ya que lo que roban les sirve también a sus puertos base. Pero esos apelativos remedan la vieja discusión de si son galgos o podencos, de la fábula de conejos. Hay piratas ahora en varias partes del orbe, y siempre los ha habido.

Pirata es un ladrón de los mares, que roba o apresa embarcaciones, particularmente cuando navegan. Corsario es el que manda una embarcación armada en corso, con patente de su gobierno para perseguir piratas o embarcaciones enemigas. Filibusteros eran piratas que infestaban el Mar de las Antillas en los siglos 17 y 18. También se llamaba filibusteros a quienes trabajaban por emancipar las colonias de España. Bucanero era un pirata o corsario que saqueaba dominios de España en ultramar, en los siglos 16 y 17. Privateers, que traduzco por privatarios, que no existe en castellano, eran empleados regulares de sus gobiernos, pero que después siguieron por su cuenta en dichas actividades. En el siglo 18 también hubo algunas mujeres piratas, y una de ellas se hacía pasar por varón.

En los tiempos antiguos hubo, por ejemplo, piratas fenicios. Julio César fue apresado por piratas del Mediterráneo y, después que fue liberado previo pago de rescate, capturó e hizo crucificar a sus raptores. Los piratas vikingos, y no todos los nórdicos lo eran, asolaron Bretaña, Irlanda y Francia, en los siglos 8 a 10. Cabe agregar que en ciertas épocas hubo captura y trata de blancos. En la historia se conoce más la captura y trata de negros.

El Mediterráneo fue limpiado de piratas por Pompeyo y se mantuvo así hasta la caída del Imperio Romano. En tiempos más modernos, los corsarios o privatarios del norte de África, o Gran Barbaria, usualmente musulmanes, acosaban a los barcos y costas españolas, y apresaban a cristianos. En particular, Miguel de Cervantes fue preso de corsarios argelinos durante cinco años. Siguieron, hasta el siglo 19, desde sus bases en Argel, Trípoli, u otros puertos, apresando barcos de todas las nacionalidades y que no devolvían. Los privatarios somalíes de ahora sólo están interesados en el dinero del rescate y devuelven los barcos, algunos inmensos.

EE.UU. creó su Armada y su Cuerpo de Marines para su Primera Guerra Barbaria con los estados africanos que auspiciaban la piratería, 1801-1805, a los que venció. Pero algunos de estos no cumplieron con el tratado suscrito y continuaron con sus actividades piráticas. Inglaterra y EE.UU., que estaban en guerra entre sí desde 1812, hicieron sus paces en 1815. Los privatarios barbarios, que también eran corsarios muy importantes para las finanzas de esos estados, habían capturado grandes cantidades de buques de esas naciones. En 1816, esas naciones, junto a otras europeas, forzaron a los países de la Gran Barbaria a terminar con esos piratas.

Somalia es un país perturbado y no tiene un gobierno central que rija todo su territorio. Hay zonas que buscan autonomía, y se está segregando Somalilandia. Los gobiernos de los puertos bases de los piratas no pueden, o no quieren, eliminar a esos asaltantes. Así, esos piratas parecen ser privatarios y corsarios. Después de la caída de un helicóptero Blackhawk, La Caída del Halcón Negro, y la muerte de 18 soldados estadounidenses, EE.UU. se retiró de Somalia, en 1994. Pero, recientemente, unos barcos de guerra norteamericanos han perseguido piratas hasta puertos somalíes.

En una excelente Enciclopedia, en la lista de corsarios no aparece Francis Drake, 1540-1596, aunque sí tiene una sección dedicada a él. Algunas fuentes atribuyen la riqueza de Inglaterra, al menos de entonces, al oro que Drake, como corsario o privatario, le arrebató a los españoles, quienes, a su vez, se lo habían llevado de América, obviamente. Por otra parte, Drake fue quien organizó la Armada Inglesa y fue nombrado Sir. Pero no le dieron el mando de esa Flota porque era plebeyo y no noble.

Hubo corsarios chilotes en 1817-1826. El gobernador de Chiloé, Antonio Quintanilla, dirigió acciones corsarias contra barcos contrabandistas no españoles. España tenía prohibido el comercio entre sus colonias y otros países extranjeros. Chiloé era territorio

español aún, hasta 1826.

2. Generales chilenos, peruanos y bolivianos en la Guerra del Pacífico, 1879-1884

Los pueblos que no conocen su historia están condenados a repetirla

Un general peruano, con boina y metáforas oníricas intrascendentes, ha concitado indebida atención ahora. Me hizo recordar algo sobre generales, generales con boinas y generales de la Guerra del Pacífico. La cita que indiqué bien podría referirse a la historia militar de las guerras, y a su triste secuela de vidas truncadas, ruinas y miserias.

La boina militar fue hecha famosa durante la Segunda Guerra Mundial, WWII, por Sir B. Montgomery, mariscal inglés, un general verdadero y serio, que respetaba mucho a su oponente, mariscal E. Rommel, a los soldados alemanes del Afrika Korps y, después, a los que enfrentó en Europa. Durante la Guerra de Vietnam fueron famosos los boinas verdes estadounidenses, excelentes pero crueles soldados, que aprendieron a respetar a los vietnamitas. Sufrieron porque no pudieron vencer en esa guerra. Por las veleidades de la historia, ahora se considera que EE.UU. sí ganó la Guerra de Vietnam porque detuvo allí el avance de la URSS, lo que era el objetivo principal. Pero murieron 2,5 millones de vietnamitas, de ambos bandos, y 58 mil norteamericanos. En Santiago y otras ciudades chilenas hubo fuerte oposición a una película en que John Wayne actuaba, brutalmente, como boina verde. Ahora la boina ha pasado a ser como un símbolo de destreza militar, en todas partes, sea merecida o no por su portador.

Muchos de los supuestos problemas actuales entre las naciones primas-hermanas Chile, Bolivia y Perú emanan de resabios de la Guerra del Pacífico, 1879-1884. Para lo que interesa aquí, el desempeño de los generales en dicha guerra fue bastante deficiente, según el historiador chileno Francisco Antonio Encina. Los soldados, suboficiales y oficiales menores de las tres naciones combatieron bien, usualmente, por sus patrias.

No hubo generales bolivianos destacados y las fuerzas de esa nacionalidad se replegaron muy luego a sus altiplanos. El principal héroe boliviano es Eduardo Abaroa, un civil que enfrentó a muerte a las fuerzas chilenas en Calama, 1879. Chile lo respeta como héroe.

Algunos generales peruanos combatieron hasta que los chilenos ocuparon Lima. Desde entonces adoptaron una actitud sumisa y acomodaticia. En esos tipos de ocupación siempre los nacionales se rebelan contra los ocupantes con operaciones guerrilleras, que son difíciles de sofocar. Ello ocurrió, por ejemplo, en diversos países de Europa, durante la WWII, y sucede ahora en Afganistán e Irak. De los generales peruanos sólo se levantó en armas Andrés Cáceres, que combatió tenazmente, en las Sierras y Andes, a las tropas chilenas hasta 1884. Sus colegas generales peruanos no se le unieron y, más aún, lo combatieron, dado que su accionar dificultaba la paz con Chile. En la última batalla, Huamachuco, 1884, el general Cáceres huyó a caballo, abandonando a sus soldados y oficiales a su suerte frente a los chilenos. Más adelante, A. Cáceres fue presidente de Perú, tres veces.

Los generales chilenos combatieron siempre bien junto a sus soldados, como es tradición de los ejércitos chilenos, desde José Miguel Carrera y Bernardo O´Higgins. Las críticas de Encina a los generales chilenos no fueron a su valor, o valentía, sino a su pericia en la conducción de la guerra. También estaba el prurito de los jefes chilenos de ordenar, y participar ellos mismos, en los ataques a la chilena, o a pecho descubierto, como los ingleses, que originaban muchas bajas propias. El gobierno de Chile nombró a un civil, Rafael Sotomayor, Ministro de Guerra y Marina, para dirigir las campañas de dicha guerra. Como jefe de la ocupación de Perú se nombró al capitán de navío Patricio Lynch, y no a un general.

Nunca se ha sabido que en las guerras se sepulte en ataúdes a los enemigos muertos, o propios. Sólo se les sepulta directamente en tierra y, usualmente, en fosas comunes, como, por ejemplo, hicieron los atenienses con los persas en la Batalla de Maratón. Nunca hay tiempo o medios para algo solemne. EE.UU. sí honra a sus combatientes muertos, con un ceremonial bien establecido.

En las guerras mueren pocos generales, con o sin boina. En la WWII murieron unos 7 generales o almirantes norteamericanos, y no se sabe de los de otras naciones, salvo alemanes y rusos, en búsqueda somera. En la Batalla de Placilla, Revolución Chilena de 1891, murieron los dos generales balmacedistas, J. Alcérreca y O. Barboza, que habían combatido honrosamente en la Guerra del Pacífico.

La tradición de que los oficiales combatan junto a sus soldados no es sólo chilena. La tradición estadounidense sobre esto viene de George Washington mismo, quien, viejo y enfermo, combatió siempre junto a sus continentales. Es el único norteamericano, por ley, que es General of the Armies, que vendría a ser como de 7 estrellas. Los más destacados generales norteamericanos de la WWII sólo llegaron a 5 estrellas. Los posteriores no han pasado de 3, a veces 4, estrellas. En la primera oleada del desembarco estadounidense de Normandía, WWII, bajó junto a sus soldados, apoyado en un bastón, el general Theodore Roosevelt Jr., enfermo de artritis y del corazón. Fue el primer general que desembarcó. Murió poco después.

El principal héroe de la armada peruana es el almirante Miguel Grau. Chile lo honra como héroe. El principal héroe del ejército peruano es el coronel Francisco Bolognesi, que murió en la Batalla de Arica. También murió ahí el capitán de navío Juan Moore, que había caído en desgracia por haber estado al mando de la Independencia cuando ésta encalló en unos roqueríos, en el Combate Naval de Iquique. Los oficiales chilenos no pudieron salvar a esos jefes peruanos, pero sí lo hicieron con el coronel argentino Roque Sáenz, que después fue presidente de Argentina. El coronel peruano Alfonso Ugarte, salvado por los oficiales chilenos, prefirió lanzarse al vacío, desde el Morro de Arica, con la bandera peruana, para no rendirla.

Sería mejor que Chile, Perú y Bolivia enfrentaran el futuro como, al menos, primas-hermanas verdaderas. Parece demasiado optimista el llamar hermanas a las naciones sudamericanas. Siempre hay que alentar esperanzas en las nuevas generaciones.

3. Materiales Inteligentes

Los Materiales Inteligentes, o Smart Materials, SM, están siendo investigados y aplicados desde hace varios decenios, pero la aparición de libros sobre ellos parece datar de 1990. Su rápido avance es atestiguado en revistas y congresos técnicos. El vocablo smart tiene muchas acepciones en inglés. En el sentido que interesa aquí significa, en castellano, vivo, activo, inteligente, hábil, ingenioso. Así, parece mejor llamarlos materiales inteligentes, aunque inteligente tampoco es muy apropiado o atinado.

Los SM son una clase de materiales que tienen inteligencia inherente y capacidades de autoadaptación frente a estímulos externos. Nuestro interés en SM surgió hace varios años en un caso en que requeríamos materiales que cambiaran su longitud cuando se les aplicaba corriente eléctrica. Tales SM son, generalmente, usados en control automático con lazos retroalimentados. Permiten imitar funciones vitales, biocinéticas, de sensado o medición, accionamiento, control e inteligencia. Los SM se derivan de fenómenos o

descubrimientos en física, química, biología y otras ciencias básicas. Con ellos se realizan dispositivos para uso en especialidades de la ingeniería: electrónica; eléctrica; civil, química; mecánica; y otras. Dichos dispositivos, o SM, son empleados en diversas áreas de la actividad humana: médicas, espaciales, aeronáuticas, navieras, industriales, mineras, militares, y otras. Las ingenierías más proclives al uso ventajoso, o recomendable, de SM son: estructural, mecánica, térmica, óptica, electromagnética, eléctrica, electrónica, acústica, química, biomédica, biotécnica y militar. Con los SM se podrían mejorar muchos procesos en áreas de energía, minería, agricultura, vinicultura, maderera, piscicultura y comunicaciones.

Un ejemplo simple de SM son los anteojos fotocromáticos, que se oscurecen con la luz solar. Otro es el de los sensores piezoeléctricos: producen un voltaje eléctrico si se les comprime y, a la inversa, se tuercen, contraen o alargan al aplicarles voltaje.

Las estructuras SM pueden ser de variadas índoles: adaptables o adaptivas ; sensoriales o con sensores; controladas; activas; inteligentes. Algunas clases de SM son: térmicas; acústicas; pirosensibles; electromagnéticas. Las SM electromagnéticas puede ser de blindaje de campos, protección en alta frecuencia, de absorción de ondas de radar, ópticas, y otras.


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